Labrando sueño
Amaneció temprano
y exhausto
la gota de Rocío
me despertó.
Creo en las manos
del trabajador,
surjo de la voz rompo el silencio
y camino y muero
y sigo, sigo y sigo.
Anocheció tarde
Inclinado sudo y
la gota de Rocío
me lavó.
No creo en el abandono
por cansancio y
en el monte
se esconde el dolor se guardan las voces
entre orden y deber por ruidos y saltos
¿Y el destino dónde lleva? ¿y a nosotros?
Si pido un deseo,
aguaceros de Rocío
y si pido otro,
la revolución.