Sin son ni algo
Tocada por las manos
que duermen mis piernas arrodilladas
sobre el sonámbulo cuarto azul
de ruidos a recios juegos verdes
al devorarlo me muerde
mi boca y mi sombra
con su carne y sudor
mientras las cuestiones
suceden afuera
cuarto afuera
noche afuera
en las calles de un poblado afuera
se vuelven ensordecedores los gritos
cuando las bombillas no encienden
hasta el día siguiente
durante siempre
a metros del lugar
a mitos del lugar
calzándome las ligas comienza andar
por mi camino expulsado
cuando me acuesto en el colchón
que lo traga sin amortiguación ni abismo.
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